REDACCION CENTRAL,
Se trata de uno de los milagros eucarísticos más importantes de la historia de la Iglesia. Ocurrió en la Catedral de Orvieto (Italia), y tras lo ocurrido, fue el Papa Urbano IV quien instituyó la Solemnidad del Corpus Christi
A mediados del siglo XIII, el P. Pedro de Praga dudaba de la presencia de Cristo en la Eucaristía y realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia que le devolviera la fe.
Tras regresar de la peregrinación, se dirigió a Bolsena para celebrar la Santa Misa en la cripta de Santa Cristina. Fue en aquel momento cuando la Sagrada Hostia sangró y manchó el corporal con la preciosísima sangre.
La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca en Orvieto, y pidió que le trajeran el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión y se dice que el Pontífice, al ver el milagro, se arrodilló frente al corporal y luego se lo mostró a la población.
Más adelante, el Santo Padre publicó la bula "Transiturus", con la que ordenó que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.
Asimismo, el Papa Urbano IV encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy como el Tantum Ergo.