SANTIAGO,
"Es como si Cristo volviera a ser crucificado y eso significa acompañarlo en su dolor", reflexionó el P. Luis Quintanilla, párroco de la Parroquia San José de Maipo, ubicada a unos 50 kilómetros de Santiago, luego que en la madrugada del 31 de mayo la iglesia fuera profanada por unos desconocidos que robaron las hostias consagradas y otros objetos históricos de gran valor que se exhibían en el museo ubicado al interior del templo.
"Rompieron la puerta del sagrario, sacaron el copón con las hostias consagradas y se lo llevaron. No hemos encontrado las hostias, no sabemos qué hicieron con ellas. Solo pedimos que las devuelvan, aún tenemos esperanza en encontrarlas", expresó el sacerdote diocesano, a cargo de la parroquia San José de Maipo desde hace dos años.
"Es una sensación de dolor y un tanto de fracaso el que te roben lo más preciado que tienes. También es triste al ver a los fieles, verlos tan dolidos causa impacto", lamentó.
El P. Luis Quintanilla relató a ACI Prensa que antes de que acontecieron los ataques, la comunidad parroquial había cerrado un día "lleno de alegría" con motivo del Día del Patrimonio Cultural en Chile. La Parroquia San José de Maipo, que fue construida en 1797 y es monumento histórico nacional desde 1992, abrió sus puertas al público durante todo el día y también aprovecharon la ocasión para llevar a cabo una campaña pro-vida en la que reunieron firmas a favor del manifiesto de los médicos que rechazan el proyecto de aborto en el país.
"Ese día abrimos el templo no solo para mostrar lo que tenemos como antigüedad sino para que la gente entrara a rezar y afuera promovimos la campaña por la vida. Fue algo muy hermoso y quedamos todos contentos hasta el día siguiente cuando descubrimos que habían profanado el Santísimo" señaló el P. Luis, quien cree que los individuos pudieron haberse aprovechado del evento masivo para esconderse en algún lugar del templo hasta la madrugada para cometer el delito.
"La gente lloraba de impotencia, todavía estamos conmovidos. Todo lo hermoso que vivimos en el Día del Patrimonio se empañó por esto", lamentó el párroco, quien agregó que como si fuera poco "los individuos también orinaron dentro del templo, rompieron los vidrios y destrozaron las puertas".