En algunos países, el jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés se celebra la fiesta de ‘Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote’.
Origen y desarrollo
Esta festividad tiene sus orígenes en la celebración del Sacerdocio de Cristo que la Iglesia realiza desde siempre, pero que en algunas localidades o diócesis fue cobrando una forma particular con el transcurso de las últimas décadas. Este es el caso, por ejemplo, de España, donde se le dedica un día del año.
Tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II (1962-1965), la fiesta de Jesucristo, Sumo y eterno sacerdote empezó a hacerse más conocida gracias al impulso apostólico de la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, congregación femenina de vida contemplativa, cuyo carisma consiste en orar por la fidelidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales.
La celebración de la fiesta de Jesucristo, Sumo y eterno sacerdote fue introducida en España en 1973 con la aprobación de la Sagrada Congregación para el Culto Divino (hoy, convertida en Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos) y el patrocinio del Papa San Pablo VI. La Sagrada Congregación dispuso además que esta festividad posea textos litúrgicos propios para la celebración de la Santa Misa y el rezo del Oficio, aprobados en 1971.
Además de España, otras Conferencias Episcopales han incluido esta fiesta en sus calendarios litúrgicos particulares. Este es el caso de países como Chile, Colombia, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. En algunas diócesis de los países mencionados la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote es conocida también como la ‘Jornada por la santificación de los sacerdotes’.