VATICANO,
Una catequesis para que especialmente jóvenes y adolescentes comprendan la importancia del noviazgo y su misión, es la que dirigió hoy el Papa Francisco desde la Plaza de San Pedro, al explicar que el noviazgo "es un recorrido de vida que debe madurar como la fruta, es un camino de maduración en el amor, hasta el momento en el que se vuelve matrimonio", con etapas que "no deben ser quemadas" porque la maduración se hace paso a paso.
Con motivo de la Audiencia General, la Plaza de San Pedro se vio como todos los miércoles abarrotada de peregrinos provenientes de todo el mundo, entre ellos muchos jóvenes que escucharon atentos al Pontífice.
"El noviazgo tiene que ver con la confianza, la familiaridad, la confiabilidad", dijo al iniciar la catequesis el Papa. Se trata de una "confianza con la vocación que Dios dona, porque el matrimonio es, antes que nada, el descubrimiento de una llamada de Dios".
El Santo Padre afirmó que "ciertamente es algo bello que hoy los jóvenes puedan elegir casarse sobre la base de un amor recíproco", pero "la libertad del vínculo requiere una armonía consciente de la decisión, no solo un simple entendimiento de la atracción o del sentimiento".
En ese sentido, explicó que el noviazgo "es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo bello sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va en profundidad". Es algo donde "se descubre poco a poco el uno al otro: el hombre 'aprende' acerca de la mujer aprendiendo sobre esta mujer; la mujer 'aprende' acerca del hombre aprendiendo sobre este hombre".
En este sentido, alertó de que "no subestimemos la importancia de este aprendizaje: es un compromiso bello, y el mismo amor lo solicita, porque no es solamente una felicidad despreocupada, una emoción encantada…".