MADRID,
El domingo de Pentecostés se celebra en la ermita de Almonte, Huelva (España) una romería a la Virgen del Rocío. Una semana antes cientos de carretas salen desde todos los puntos de Andalucía para llegar a esa cita en la que se saca a la Virgen en procesión.
Se trata de una tradición que se remonta al siglo XIV y que al ser de las más importantes de España congrega cada año a casi un millón de personas durante los días principales de mayo y durante el año a cientos de miles.
En la romería de este año, el Obispo de Huelva, Mons. José Vilaplana, celebró la Eucaristía junto con el Obispo de Asidonia-Jerez, Mons. José Mazuelos. Durante la homilía el Prelado de Huelva recordó que Santa Teresa de Jesús quedó muy joven huérfana de madre y que, como ella misma dijo: "A una imagen de Nuestra Señora y suplíquela fuese mi madre con muchas lágrimas".
Buscar la protección de la Madre del Cielo es "una experiencia que compartimos, de algún modo, todos los presentes".
Mons. Vilaplana ha recordado en la homilía a los cristianos perseguidos: "Aquí, bajo el manto de nuestra Madre, Auxilio de los Cristianos, pedimos la fortaleza de la fe para los que han de dejar sus casas, sus tierras y hasta su vida, y que cambie el corazón de sus perseguidores".
En ese sentido el Obispo de Huelva ha afirmado: "Hemos llegado hasta este Santuario buscando el rostro y la protección de la Virgen, nuestra Madre del Rocío, para descansar en Ella, como hijos, nuestros anhelos, gemidos y esperanzas".