SAN SALVADOR,
El Salvador se prepara para celebrar mañana la beatificación de Mons. Óscar Arnulfo Romero, quien fuera Arzobispo de San Salvador desde 1977 hasta 1980. En febrero de 2015 el Papa Francisco aprobó el decreto del martirio del Prelado.
Mons. Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, cuando presidía la Misa en la capilla del hospital La Divina Providencia en San Salvador. Eran los primeros tiempos de una guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el Ejército en el país que duró hasta 1992.
En un comunicado difundido el 21 de mayo, la Conferencia Episcopal de El Salvador aseguró que "en los últimos años nuestro país ha sido noticia sobre todo por la violencia homicida que enluta a innumerables hogares al arrebatar tantas vidas, sobre todo de jóvenes. Sin embargo, hoy peregrinamos, llenos de júbilo y esperanza, hacia el lugar de la beatificación de Monseñor Romero".
Los Obispos lamentaron que el camino de los 35 años desde de la muerte de Mons. Romero "no ha sido fácil", y denunciaron que "la mayor dificultad fue la manipulación que se hizo de la figura y de la palabra del futuro beato", tal como advirtiera San Juan Pablo II en su visita al país en 1983.
En esa ocasión, el Pontífice aseguró que "Romero es nuestro, es de la Iglesia, no permitamos que nos lo arrebaten".
Los Obispos salvadoreños aseguraron que Mons. Romero "encarna el perfil del pastor que encontramos en la exhortación postsinodal del Sínodo de los Obispos dedicado al Obispo como servidor del Evangelio para la Esperanza del Mundo".