SAN SALVADOR,
Mons. Óscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador (El Salvador) será beatificado este 23 de mayo, 35 años después de su asesinato por odio a la fe. Pocos años después de su martirio, San Juan Pablo II pidió que la memoria del "celoso y venerado" Prelado salvadoreño sea respetada y no sea manipulada por intereses ideológicos.
En una sentida homilía durante su visita a San Salvador en 1983, San Juan Pablo II, en medio de un país devastado por la violenta guerra civil en que participaron grupos políticos de izquierda y derecha, recordó que "con la sangre de Cristo podemos vencer al mal con el bien. El mal que penetra en los corazones y en las estructuras sociales".
"El mal de la división entre los hombres, que ha sembrado el mundo de sepulcros con las guerras, con esa terrible espiral del odio que arrasa, aniquila, en forma tétrica e insensata".
"¡Cuántos hogares destruidos! ¡Cuántos refugiados, exiliados y desplazados! ¡Cuántos niños huérfanos! ¡Cuántas vidas nobles, inocentes, tronchadas cruel y brutalmente! También de sacerdotes, religiosos, religiosas, de fieles servidores de la Iglesia", lamentó el santo polaco.
El Papa Peregrino recordó entonces el testimonio del "Pastor celoso y venerado, arzobispo de esta grey, Mons. Óscar Arnulfo Romero, quien trató, así como los otros hermanos en el Episcopado, de que cesara la violencia y se restableciera la paz".
"Al recordarlo, pido que su memoria sea siempre respetada y que ningún interés ideológico pretenda instrumentalizar su sacrificio de Pastor entregado a su grey", alentó.