REDACCION CENTRAL,
Constanza Saavedra vive las 24 horas del día dedicada a su hijo Ignacio, "Nachito" como le dice con cariño. Un niño de tan sólo siete años que sufre una grave enfermedad muscular congénita que le impide respirar por sí mismo y depende de un respirador.
Cuando nació, el 17 de agosto de 2008 en Santiago de Chile, las matronas aconsejaron a la familia que no se encariñaran con él porque moriría a pocas horas de nacer, lo cual sorprendentemente no ocurrió.
El estado de salud de este niño es tan delicado, que su madre, no sale casi nunca de su casa, por temor de contagiarlo con cualquier tipo de virus o bacteria. Todo el tiempo está con él.
Además, los gastos de su cuidado han sido tan altos que esta familia ha vendido lo poco que tenía para salir adelante y han debido vivir con sus padres.
Una historia para muchos desoladora, para Constanza en cambio su hijo es lo mejor que le podría haber pasado en la vida y la razón de su alegría.
"¡Decir feliz me queda chico! Me siento totalmente realizada. Para mí es un honor que un niño tan maravilloso como él sea hijo mío", afirmó Constanza en entrevista con ACI Prensa.