VATICANO,
El Papa Francisco sostuvo un encuentro con religiosas de la diócesis de Roma en el Aula Pablo VI en el Vaticano. Respondiendo a las preguntas de las asistentes, el Pontífice se refirió, entre otros, a tres temas esenciales para estas mujeres: la obediencia, la maternidad y el rol que juegan en la Iglesia para explicitar el llamado genio femenino.
Sobre el primer tema el Santo Padre explicó que "el misterio de Cristo es un misterio de obediencia y la obediencia es fecunda".
"Es cierto que como toda virtud, como todo puesto teológico, lugar teológico, puede ser tentada y se convierte, no sé, en una actitud disciplinaria… Pero la obediencia en la vida consagrada es un misterio. Y así como he dicho que la mujer consagrada y el icono de María es de la Iglesia, podemos decir que la obediencia es el icono del camino de Jesús".
"Cuando Jesús se encarnó por obediencia, se hizo hombre por obediencia, hasta la cruz y la muerte. El misterio de la obediencia no se entiende si no es a la luz de este camino de Jesús; el misterio de la obediencia es un asemejarse a Jesús en el camino que Él ha querido hacer. Y los frutos se ven".
En cuanto al genio femenino, llamado así por San Juan Pablo II para referirse al aporte especial e imprescindible de las mujeres en el mundo, el Santo Padre respondió a la pregunta sobre si las mujeres pueden ser jefes de un dicasterio en el Vaticano. Es posible y sería "una gran cosa", pero "eso no redescubre el papel de la mujer en la Iglesia" porque la cuestión es más "profunda".
Para el Papa Francisco "lo esencial del papel de la mujer va, lo diré en términos no teológicos, en ayudar a que ella exprese el genio femenino".