ASUNCIÓN,
El gobierno de Paraguay rechazó la presión de algunos consultores de las Naciones Unidas para someter a un aborto a una niña de 10 años, embarazada en una violación, y dejó en claro que en este dramático caso hay dos vidas que merecen ser protegidas.
La madre de la niña, embarazada tras ser violada por su padrastro, pidió que sea sometida a un aborto. Las identidades de las dos mujeres son mantenidas en reserva por las autoridades, pero se sabe que la menor tiene más de 24 semanas de gestación.
La madre fue encarcelada provisionalmente, acusada de faltar al deber del cuidado de su hija y de obstruir a la justicia. El presunto violador, Gilberto Benitez Zarate, fue detenido hace unos días.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó el 11 de mayo declaraciones de "un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU", que aseguraron que, al no someterla al aborto, "Paraguay no ha logrado proteger a una niña de 10 años embarazada tras ser violada".
"No se hizo una evaluación interdisciplinaria e independiente en vista de asegurar el interés superior de la niña antes de descartar tratamientos para salvar la vida de la niña, incluso el aborto", indicaron los consultores de las Naciones Unidas.
En su respuesta a los consultores de las Naciones Unidas, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay aclaró que los expertos de la ONU "actúan a título personal, sin haber mediado solicitud alguna de información previa al Estado, sobre la responsabilidad del Gobierno del Paraguay en el caso de la menor paraguaya que se encuentra en estado avanzado de embarazo".