Jennifer Christie quedó embarazada tras ser víctima de una brutal violación cuando se encontraba en un viaje de negocios en enero de 2014. Los médicos la presionaron para que aborte pero con el apoyo de su esposo lo rechazó y hoy asegura que su hijo la ayuda "a seguir adelante".
En un artículo publicado en el blog pro-vida Save the 1, Jennifer, madre de cinco hijos, recordó el ataque y agradeció a Dios porque los análisis de enfermedades de transmisión sexual a los que se sometió tras la violación arrojaron resultados negativos.
Un mes después, señaló, "me enrolé en un transatlántico porque tenía trabajo en él. Al segundo día me enfermé de disentería y, como no mejoraba con los antibióticos, decidieron que a nuestra llegada a una de las escalas que era Cartagena (Colombia) me llevarían a un hospital para que me atendieran mejor".
"Tras pasar la revisión, los médicos estaban preocupados por mi obstrucción intestinal y decidieron hacerme una prueba de ultrasonido: En ella se podía ver claramente en mi matriz una incipiente bolsita con un embrión en su interior", indicó.
Cuando volvió a bordo del barco, Jennifer explicó a los médicos y enfermeras que su embarazo se debía a una violación, "y, para mi sorpresa, lo que conseguí fue que me sometieran a una estrecha y desconfiada vigilancia. ¿Tendencia suicida? ¿Enajenación que me llevase a pasearme desnuda por las distintas estancias del barco? ¡Quién sabe!".
"Lo cierto fue que me pasé las siguientes semanas oyendo a un grupo de 'bienintencionados' médicos y enfermeras que me aconsejaban matar a mi hijo, pasar página y empezar de nuevo", lamentó.