El destino de San Juan de Ávila sería convertirse en el autor espiritual más consultado e influyente del siglo XVI.
Juan, amigo de San Ignacio de Loyola, revisor de parte de la obra de Santa Teresa de Jesús, cercano a San Juan de Dios, San Francisco de Borja, San Pedro de Alcántara y al Venerable Fray Luis de Granada, nunca perdió la oportunidad de contagiar su ánimo reformador. Eran días de efervescencia religiosa y cultural -el espíritu del Renacimiento flotaba en el aire-; y no todos entendían a cabalidad lo que estaba pasando.
Afortunadamente, muchos hombres y mujeres, bien asentados en la enseñanza de la Iglesia, pudieron poner en evidencia que el humanismo no necesariamente implicaba darle la espalda a la fe ni mucho menos. Tampoco la crítica a los vicios y malas prácticas de algunos católicos significaba “hacerle el juego” al protestantismo.
San Juan de Ávila partió a la Casa del Padre el 10 de mayo de 1569. Fue canonizado varios siglos después, en 1970, por el Papa San Pablo VI.
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Doctor de la Iglesia
Así como San Juan de Ávila fue inspiración para sus coetáneos, lo fue también para muchos de los escritores espirituales posteriores: Antonio de Molina, Luis de la Palma, Luis de la Puente, Carlos Borromeo, Bartolomé de los Mártires, Diego de Estella, Pierre de Bérulle, Alonso Rodríguez, Francisco de Sales, Alfonso María de Ligorio, Antonio María Claret, entre muchos otros.
A inicios de la segunda década del siglo XXI, en el marco de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud celebrada en España (agosto de 2011), el Papa Benedicto XVI anunció que el santo de Ávila sería nombrado Doctor de la Iglesia.
La proclamación oficial llegaría al año siguiente, el 7 de octubre de 2012. Ese día el patrono del clero español recibió la distinción de Doctor al lado de la mística alemana Santa Hildegarda de Bingen. San Juan de Ávila es el cuarto santo español en alcanzar el título de Doctor de la Iglesia.
¡San Juan de Ávila: intercede por los sacerdotes y por todos los que anuncian al Señor! ¡Cuánta falta hacen los buenos predicadores que hagan llegar el mensaje de Dios con dignidad!
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