BERLÍN,
En todo el mundo las conferencias episcopales han asumido la tarea de responder a las preguntas planteadas desde el Vaticano para el Sínodo de la Familia que se realizará en octubre de este año. Los resultados, en el caso de la Iglesia en Alemania, no han sido nada buenos y revelan una grave crisis entre los sacerdotes.
Han sido ocho mil las personas que han intervenido para responder el cuestionario planteado por la secretaría del Sínodo de los Obispos, entre los cuales hay sacerdotes, diáconos y laicos que sirven en las parroquias del país.
De los miles de sacerdotes participantes, la mitad señala que se confiesa una vez al año o que simplemente ya no lo hace.
En líneas generales, los presbíteros que tienen a su cargo a los fieles de Alemania, no aprecian el celibato y declaran tener una "confusión sexual" que se traduce en una distorsionada aceptación del estilo de vida homosexual e incluso "la bendición en las iglesias del segundo matrimonio realizado por civil".
Estos sacerdotes también apoyan la tesis del Cardenal Walter Kasper y de otros obispos alemanes que promueven el acceso a la Eucaristía de los divorciados en una nueva unión.
Los resultados del cuestionario también revelan que los sacerdotes dedican poco tiempo a la oración, en medio de fieles que, en su mayoría, asisten a las iglesias más por tradición que por convicción.