VATICANO,
Correr el riesgo, con oración y humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide, alentó el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, donde señaló que hoy también es necesario tener "coraje apostólico" para no transformar "la vida cristiana en un museo de recuerdos".
En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre la predicación del Evangelio a los paganos, narrada en los Hechos de los Apóstoles, cuando los discípulos llegan a Antioquía y transmiten las enseñanzas de Jesús no sólo a los judíos, sino también a los griegos y a los paganos, logrando que muchos creyeran y se convirtieran al Señor.
En la vida de la Iglesia, explicó Francisco, es fundamental abrirse a las novedades del Espíritu Santo. Indicó que en aquella época tenían la inquietud de oír el Evangelio predicado también a los que no eran judíos. De ahí que cuando Bernabé llega a Antioquía se siente feliz al ver que estas conversaciones de los paganos eran obra de Dios.
En ese sentido, recordó que en las profecías estaba escrito que el Señor había venido a salvar a todos los pueblos, tal como lo refiere el capítulo 60 de Isaías. Y sin embargo – dijo – muchos no comprendían estas palabras.
"No entendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: 'Yo hago todo nuevo', nos dice. Que el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para renovarnos y continuamente hace este trabajo de renovarnos. Un poco da miedo, esto. En la Historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta ahora cuántos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas", señaló.
"Pero ¡hay novedades y novedades!", exclamó el Papa, pues algunas novedades "se ve que son de Dios", mientras otras no. Y se preguntó cómo hacer para distinguirlas. En realidad – dijo– tanto de Bernabé como de Pedro se dice que son hombres llenos del Espíritu Santo. "En ambos casos está el Espíritu Santo que hace ver la verdad. Porque nosotros solos no podemos. Con nuestra inteligencia no podemos", indicó.