VATICANO,
El Papa Francisco recibió hoy a los obispos de los países africanos de Lesoto y Namibia, "tierras conocidas por su floreciente fe cristiana" al final de su visita ''ad límina'', a quienes le entregó el discurso que había preparado para la ocasión en el que meditó sobre diversos temas como algunos desafíos actuales para las familias.
El Papa se refirió a las familias cristianas fragmentadas a causa del empleo lejos de casa, o por la separación y el divorcio y exhortó a continuar ofreciéndoles ayuda y orientación así como a cuidar la preparación de las parejas para el matrimonio cristiano, y a sostener asiduamente a las familias con los sacramentos, sobre todo con la Confesión, el Sacramento de la Misericordia.
"Les doy las gracias por sus esfuerzos en la promoción de una vida familiar sana frente a las concepciones distorsionadas que surgen en la sociedad contemporánea. La familia es el mejor entorno para aprender y practicar la cultura del perdón, la paz y la reconciliación".
"De las familias sanas –continuó– vendrán numerosos vocaciones sacerdotales, porque en ellas los hombres han aprendido a amar en la medida en que han sido amados incondicionalmente... han aprendido el respeto y la justicia. El papel de la autoridad expresado por los padres y la atención por los demás''.
En el discurso el Santo Padre recuerda la tarea y los sacrificios de muchos misioneros y afirma que en ambas naciones también son reconocidas las numerosas escuelas, clínicas y hospitales, ''construidos con el amor y la fidelidad de los materiales del suelo de Namibia y de las montañas de Lesoto'', por lo que animó a los obispos a ''seguir apoyando y nutriendo estas grandes bendiciones, incluso cuando escasean los recursos porque el Señor promete que no dejará de bendecirnos''.
El Santo Padre dijo a los obispos: "sé que sus comunidades se enfrentan a diario con muchos desafíos, y estoy seguro de que esto pesa en sus corazones. Fortalecerlos en el amor para superar el egoísmo en la vida pública o privada; sean generosos a la hora de llevar la ternura de Cristo allí donde se dan amenazas a la vida humana, desde el seno materno hasta la vejez"