Cada 10 de mayo, la Iglesia Católica celebra a San Damián de Molokai, misionero belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, reconocido mundialmente como un héroe de la caridad pues hizo propio el sufrimiento de los enfermos de lepra que vivían en la isla de Molokai (archipiélago de Hawái, EE. UU.) a fines del siglo XIX. El Padre Damián se encargó de cuidarlos, hasta que, contagiado por la mortal enfermedad, entregó la vida por ellos.
San Damián es el patrono de los leprosos, los marginados por la sociedad, los enfermos de sida -de alguna manera, “la lepra” del siglo XX-, y del estado norteamericano de Hawái.
Hasta hace un tiempo al Padre Damían se le conmemoraba el día 15 de abril, fecha establecida tras su beatificación. Después de ser canonizado en 2009, su memoria fue trasladada al 10 de mayo de cada año.
“Sobre el león y la víbora pisarás” (Sal 91, 12)
El Padre Damián, como también es conocido, tuvo otro nombre. Originariamente su nombre fue Jozef de Veuster, natural de Tremelo, Reino de Bélgica, donde nació el 3 de enero de 1840.
Jozef fue admitido en la vida religiosa como miembro de la ‘Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento del Altar’, más conocidos como los ‘Sagrados Corazones de Jesús y María’ (SS.CC).