LONDRES,
El P. Thomas Byle entregó su vida a bordo del transatlántico Titanic, consolando y acompañando en la oración a quienes habrían de morir tras el naufragio del barco que muchos en la época consideraron "insumergible".
Tras chocar con un témpano de hielo, el Titanic se hundió en el Océano Atlántico en la madrugada del 15 de abril de 1912 a unos 600 kilómetros de la isla canadiense de Newfoundland, cuando se dirigía de Southampton (Reino Unido) a Nueva York (Estados Unidos). El estimado de muertes superó las 1,500.
El P. Thomas Byle viajaba en el Titanic para presidir la Misa de matrimonio de su hermano William en Nueva York. El sacerdote británico se había ordenado en Roma diez años antes y era párroco de la parroquia de St. Helen en Essex (Reino Unido) desde 1905.
Al momento de su muerte, el P. Byle tenía 42 años. Poco más de 100 años después, el actual párroco de St. Helen está promoviendo la apertura de su causa de canonización.
En declaraciones recogidas por la cadena británica BBC, el P. Graham Smith, actual párroco de St. Helen, anunció el inicio del proceso para buscar la canonización de su predecesor, a quien considera "un hombre extraordinario que dio la vida por otros".
El P. Smith aseguró que en su comunidad "estamos esperando y rezando para que (al P. Byle) se le reconozca como uno de los santos dentro de nuestro canon".