VATICANO,
La Pascua no es un hecho intelectual, es un misterio al que se entra con humildad, afirmó el Papa Francisco durante la Vigilia que presidió este sábado en la Basílica de San Pedro, en la que invitó a los fieles a aprender de las primeras discípulas de Jesús, que velaron "con Dios y con María, nuestra Madre, para entrar en el misterio que nos hace pasar de la muerte a la vida".
La ceremonia comenzó con el encendido de la llama pascual en el atrio de la Basílica, para luego trasladar el cirio pascual en procesión al interior del templo. Ya dentro, un diácono entonó el pregón pascual, el antiguo himno que alaba la resurrección. Asimismo, unas siete mil velas fueron encendidas por los fieles, congregados dentro de la iglesia.
Ante los fieles reunidos, el Santo Padre recordó que "esta noche es noche de vigilia". "El Señor no duerme, vela el guardián de su pueblo, para sacarlo de la esclavitud y para abrirle el camino de la libertad", afirmó.
Francisco explicó que esa noche fue "de dolor y de temor. Los hombres permanecieron cerrados en el Cenáculo. Las mujeres, sin embargo, al alba del día siguiente, fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús".
"Sus corazones estaban llenos de emoción y se preguntaban: '¿Cómo haremos para entrar?, ¿quién nos removerá la piedra de la tumba?...'. Pero he aquí el primer signo del Acontecimiento: la gran piedra ya había sido removida, y la tumba estaba abierta".
El Papa recordó que ellas "'entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco' (…) En esta noche de vigilia, nos viene bien detenernos en reflexionar sobre la experiencia de las discípulas de Jesús, que también nos interpela a nosotros. Efectivamente, para eso estamos aquí: para entrar, para entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor".