VATICANO,
El Papa Francisco recordó este Jueves Santo que Dios "nunca defrauda" y "no se cansa de abrazarnos". Subrayó además que Dios amó tanto al mundo que ofreció a su Hijo para la salvación de todos y "se ha hecho esclavo para servirnos".
El Pontífice celebró la Misa de la Cena del Señor a las 17, 30 horas de Roma en la Iglesia del Padre Nuestro, perteneciente al Nuevo Complejo Penitenciario de Rebibbia, en la periferia de la ciudad. Allí, lavó los pies a dos mujeres detenidas nigerianas, una congoleña, dos italianas y una ecuatoriana. También a un hombre detenido de nacionalidad brasileña, a otro nigeriano y a cuatro italianos. Comenzó lavando el pie de un niño africano hijo de una de las reclusas.
El Papa Francisco entró en procesión en la iglesia y fue recibido por aplausos por las 150 mujeres (incluidas 15 madres con sus hijos) que cumplen condena en la cárcel, así como por los 150 hombres que también se encuentran en esta prisión.