¿Cómo vivir intensamente la Semana Santa? Responde un Obispo mexicano desde el Vaticano

"Que nuestra humanidad se ilumine cada año a través de este tomar de nuevo lo que somos, y lo que estamos llamados a comunicar cada uno de los hijos de Dios. Vivir la Pascua en esa vigilia hermosísima de luz. Somos hombres y mujeres de luz", dijo Mons. Wong.

El Prelado mexicano recuerda que Dios nos hizo para ser felices, y considera que la felicidad en la Tierra se vive siguiendo los pasos de Jesús. "La infelicidad, la tristeza y el dolor que sufrimos en la humanidad es porque cerramos nuestro corazón a Dios y nos colocamos en el camino opuesto al bien, la verdad, la bondad, y nos colocamos en el camino del mal, la injusticia, el egoísmo, el espíritu del mal", dijo.

El Arzobispo Wong invitó a los cristianos a renovarse con este gran misterio de amor, que nos hace "personas resucitadas". "En cada uno de nosotros está presente el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo. Cristo padece, muere, resucita, y al subir a los cielos, para continuar intercediendo por nosotros deja el Espíritu Santo en la Iglesia en el corazón de cada cristiano, de tal manera que los hombres y mujeres de cada época de la historia hacen presente a Cristo vivo".

"Esta es una dimensión de presente y de futuro que es tan importante vivir en la Semana Santa, porque da el sentido más profundo de la vida de cada uno de nosotros".

Mons. Patrón Wong recuerda que esta vida no tendría sentido si no existiera la vida eterna que "todo el mundo desea. Nadie de nosotros puede pensar en una felicidad pensando que todo se acaba aquí en la Tierra. Esta Muerte, Pasión y Resurrección de Cristo da sentido a todas las situaciones difíciles, tristes y dolorosas que vivimos aquí en la Tierra. Nos impulsa a mejorarlos y no nos hace perder nuestro horizonte en algo que se acaba, sino en la vida que se transforma y de eterna felicidad".

Mons. Patrón Wong dijo que la Semana Santa es el gran misterio de novedad de la humanidad. "¡Nunca imaginamos que Dios fuera tan cercano a nosotros, ni que muriera por nosotros, y abriera con su propia vida y la resurrección, una vida que nunca termina!", exclamó.

"Dios  hecho hombre, demostró el amor de Dios Padre de una manera jamás imaginada por ningún ser humano, pagó por nuestras culpas. Entregó su vida a los demás, y de manera total. Una muestra de amistad más sorprendente, pura, trascendente, que es dar la vida por otra persona".

Para concluir, el Prelado dijo que Cristo "no solo nos dio vida, sino que su propia vida la dio por nosotros. Y vive con nosotros toda la realidad humana: nacer, crecer, alimentarse, sufrir la injusticia, el dolor, la muerte, es enterrado, y nos abre a la experiencia de un hombre nuevo que es la de la resurrección, de la vida".