MADRID,
El Cardenal Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal española y Arzobispo de Valladolid, habla de los casos de abusos sexuales cometidos en España, la polémica sobre asignatura de Religión y del pontificado del Papa Francisco, al cumplirse un año a la cabeza del episcopado.
"Es un balance de agradecimiento", ha apuntado el Arzobispo en relación a estos primeros doce meses el recién nombrado Cardenal quien también afirma que desde el punto de vista de los trabajos de la CEE, "en buena medida han venido determinados por convocatorias que el papa ha hecho a la Iglesia Universal, como las dos asambleas del Sínodo de los Obispos sobre el matrimonio y la familia".
"Un punto importante en la próxima Asamblea será el documento 'El servicio de la Iglesia a los Pobres'. En medio de las crisis que venimos arrastrando de orden laboral y económico… si una persona no puede llevar el pan de cada día a su familia, se siente humillado. Somos conscientes de todo esto y, si Dios quiere, aprobaremos este documento en la Plenaria del mes de abril", apunta el Arzobispo de Valladolid en entrevista concedida a la agencia Efe.
En la entrevista también ha precisado que el Papa Francisco ha traído tanto un cambio en la comunicación como en la Iglesia. "Hay un estilo nuevo y también unos subrayados nuevos, evidentemente sin rupturas. Pretender encontrar fisuras entre el pontificado del papa emérito y el pontificado actual sería una empresa desesperada, no tendría éxito, pero ciertamente hay un estilo, por ejemplo de comunicación", asegura.
El presidente de la CEE ha recordado el abrazo que el Papa le dio a un hombre con una enfermedad en la piel que le había desfigurado el rostro lo que le recordó vivamente el abrazo que San Francisco de Asís le dio a un leproso.
También ha explicado que una de las novedades del contenido del ministerio del Papa es que "quiere una Iglesia en movimiento misionero, una Iglesia en salida, una Iglesia que se dirija a las periferias, no sólo geográficas, sino también humanas. Que ninguna persona piense que ya no es destinatario ni del amor de Dios, ni de la atención del Papa o de la Iglesia".