MÉXICO D.F.,
"De nosotros depende cómo queremos entrar en la Pasión de Cristo", afirmó el Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera, durante la Misa de Domingo de Ramos, en la que afirmó que es en la cruz "donde se purifica nuestra fe".
El Purpurado concelebró ayer la Misa con el Presidente Emérito del Pontificio Consejo para la Familia, Cardenal Ennio Antonnelli, en la Catedral Metropolitana, desde donde explicó que en la descripción de la Pasión se advierte que la humanidad entera está representada por diferentes personajes.
"Ahí estamos nosotros, las acciones que llevan a Jesús a la muerte, son las acciones de aquel tiempo y de nuestro tiempo". "El proceso de Jesús se renueva en todo hombre o mujer que sufre o es perseguido injustamente como Jesús; se renueva y se repite en cada hombre y en cada mujer que negándose a abandonar el pecado siguen gritando: '¡No te queremos a ti, queremos a Barrabás, crucifíquenlo, crucifíquenlo!'", afirmó.
Según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el Purpurado señaló que "de nosotros depende cómo queremos entrar en la Pasión de Cristo: Como el Cirineo que se acerca a Jesús y hombro con hombro quiere ayudar a cargar la cruz; como las hijas de Jerusalén que lloran al ver pasar al condenado; como el centurión que se golpea el pecho y reconoce que el crucificado verdaderamente es el Hijo de Dios; como María silenciosa junto a la cruz de su hijo o como Judas, o Pedro, o Pilato o como la multitud que mira desde lejos simplemente para ver cómo termina la tragedia."
Dios no es un ser lejano
En otra parte de su homilía, el Cardenal Rivera también recordó que "Dios no es un ser lejano, aislado en una espléndida esfera trascendente, nuestro Dios es un Dios cercano, solidario y fraternal, que camina con nosotros y nos comprende más de lo que podemos imaginar."