El sacerdote Jorge Obregón LC, que hace más de una década forma a jóvenes en liderazgo, fe y valores, ha explicado a ACI Prensa cuál es la importancia de practicar el ayuno, especialmente en el Viernes Santo.
“El ayuno es bueno practicarlo siempre, pero de modo especial en el día en que Jesús muere. Su sentido es penitencial, es de imitación de Cristo, quien también ayunó para prepararse para su acto de amor más importante y trascendente”, explicó el sacerdote fundador de la plataforma católica New Fire.
El presbítero resaltó que el ayuno también “nos recuerda que hay un hambre mucho más profundo: el espiritual”.
“Nos muestra que hay una sed más honda, que es la del amor a Dios y al prójimo. En Viernes Santo y durante toda nuestra vida, el ayuno fortalece para el combate contra un mundo cuyas atracciones nos hacen desviarnos y perdernos por el camino", explicó el presbítero, que cuenta con una Maestría en Teología Bíblica en John Paul the Great Catholic University, en San Diego.
Para el P. Obregón, el ayuno “cambia la calidad de la oración”, porque “el cuerpo se siente al servicio del alma, del espíritu”.
El presbítero contó que suele hacer ayuno los miércoles y viernes, días en los que toma solo una taza de café hasta la comida fuerte del día. “Pero hay otros modos, como algo muy ligero en el desayuno, una comida suficiente y poco o nada en la cena. Otros no comen sino solo pan y agua durante todo el día”, comentó.