VATICANO,
"Niños apátridas" que no tienen un lugar fijo donde vivir y tampoco derecho a la educación, familias que han sido separadas provocando que los menores se conviertan en adultos a temprana edad, es parte de la situación que se vive en Siria y que denunció el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Silvano Tomasi, ante el Consejo de Derechos Humanos.
Son sólo algunas consecuencias del terrorismo del llamado Estado Islámico (ISIS) que el representante del Vaticano puso sobre la mesa.
En su intervención, el Arzobispo aportó datos de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe de Siria que aseguran que desde la crisis, más de 10 millones de sirios han huido de sus hogares. "Esto es casi la mitad de la población del país, ahora privada de sus derechos elementales", aseguró.
El Prelado denunció que los menores "son reclutados para combatir, a veces incluso utilizados como escudos humanos en los ataques militares. El llamado grupo del Estado Islámico ha agravado la situación mediante el uso de niños como terroristas suicidas, matando a los que pertenecen a diferentes comunidades religiosas y étnicas, vendiéndolos como esclavos en los mercados, ajusticiándolos en masa y cometiendo otras atrocidades".
Mons. Tomasi señaló que "los niños representan alrededor de la mitad de la población de refugiados en los campamentos de Oriente Medio y son el grupo demográfico más vulnerable en tiempos de conflicto y migración".
"El mundo necesita hacer frente a la situación de los niños apátridas, y como tales, en virtud de la ley, jamás nacidos". En este caso, recordó que la ONU estima que ya sólo en el Líbano existen 30.000.