ROMA,
Un cardenal alemán defendió públicamente la doctrina católica ante las palabras de otros dos obispos que han sugerido que la Iglesia en el país puede establecer sus propias políticas sin la dirección de Roma.
El Cardenal Josef Cordes publicó una carta a inicios de mes objetando los pronunciamientos de prominentes líderes de la Iglesia en Alemania, para quienes la conferencia de obispos seguirá su propio programa de cuidado pastoral para matrimonios y familias sin importar los resultados de Sínodo de la Familia de octubre.
El 25 de febrero, en una conferencia de prensa que siguió a la asamblea plenaria de obispos alemanes, el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munich y Freising, quien es además Presidente del episcopado, señaló que "no somos una sucursal de Roma. Cada conferencia de obispos es responsable por el cuidado pastoral y su contexto cultural y debe predicar el Evangelio en su propia y original manera. No podemos esperar por el sínodo para decirnos cómo tenemos que moldear la labor pastoral con matrimonios y familias".
El Cardenal Marx, uno de los tres delegados alemanes para el Sínodo de octubre, se refirió a "ciertas expectativas" de Alemania para ayudar a la Iglesia a abrir las puertas y "bajar nuevos caminos", y que "en doctrina, también aprendemos de la vida".
El Purpurado fue secundado por el Obispo de Osnabruck, Mons. Franz-Josef Bode, que llamó al Sínodo sobre la familia un momento de "importancia histórica" y un "cambio de paradigma", insistiendo en que "la realidad de los hombres y el mundo" sea una fuente para la comprensión teológica.
Ante esto, el Cardenal Cordes –ordenado sacerdote de la Arquidiócesis de Paderborn y presidente emérito del Pontificio Consejo Cor Unum–, publicó una enérgica objeción a las declaraciones públicas de sus compañeros obispos en una carta el 7 de marzo al editor de Die Tagespost, un importante periódico católico de lengua alemana. El texto de la carta original fue traducida del alemán al inglés por Jan Bentz de CNA, agencia en inglés del grupo ACI.