VATICANO,
"Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios; todos conocen el camino para acceder y la Iglesia es la casa que acoge a todos y no rechaza a ninguno".
El Papa Francisco pasó la tarde de su segundo aniversario como Pontífice confesando a algunas personas en la Basílica de San Pedro y presidió la celebración de la liturgia penitencial con motivo de la iniciativa "24 horas con el Señor" que mantendrá abiertas las iglesias en ciudades de todo el mundo para que los fieles puedan rezar y participar en vigilias.
Su homilía estuvo dedicada al perdón de Dios y anunció un Año Jubilar extraordinario sobre la misericordia. "El Sacramento de la Reconciliación, en efecto, permite acercarse con confianza al Padre para tener la certeza de su perdón. Él es verdaderamente 'rico en misericordia' y la extiende con abundancia sobre cuantos recurren a Él con corazón sincero".
"No olvidemos que Dios perdona todo, Dios perdona siempre. No nos cansemos de pedir perdón", dijo el Santo Padre.
"Sus puertas permanecen abiertas de par en par, para que los que son tocados por la gracia puedan encontrar la certeza del perdón. Cuanto más grande es el pecado, mayor debe ser el amor que la Iglesia expresa hacia aquellos que se convierten".
"Con cuánto amor nos mira Jesús, con cuánto amor cura nuestro corazón pecador. Nunca se asusta de nuestros pecados. Pensemos en el Hijo pródigo, que cuando decide regresar a casa de su padre piensa darle un discurso, pero el padre no le deja hablar, le abraza. Así Jesús hace con nosotros. 'Padre, tengo tantos pecados... pero Él estará contento, ¡si tú vas te abrazará con mucho amor! No tengas miedo", dijo Francisco.