Bueno, yo viví mucho inútilmente, ¿eh? No fue tan intensa y tan rica. Yo soy un pecador como cualquiera. Pasa que, simplemente, el Señor me hace hacer cosas que se ven, pero cuántas veces hay gente que no se ve, ¡y el bien que hacen! La intensidad no es directamente proporcional a lo que la gente ve.
La intensidad se vive por dentro. Y se vive alimentando la misma fe. ¿Cómo? Haciendo obras de fecundidad, obras de amor para el bien de la gente. Quizás el peor pecado contra el amor sea renegar de una persona. Hay una persona que te ama, y vos renegás de ella haciendo como que no la conocés.
Te está amando y vos renegás de ella. El que más nos ama es Dios. Renegar de Dios es uno de los peores pecados que hay. San Pedro cometió ese pecado, renegó de Jesucristo… ¡y lo hicieron Papa! ¿Entonces qué me queda para mí? Así que no… ¡Adelante!
¿Usted tiene cerca a personas que no están de acuerdo con usted?
Sí, por supuesto.
¿Cómo se comporta con ellas?
A mí nunca me fue mal con escuchar a las personas. Cada vez que las escucho, siempre me va bien. Las veces que no las escuché me fue mal. Porque aunque no estés de acuerdo, siempre, siempre te van a dar algo o te van a poner en una situación en la cual vos tenés que repensar tus cosas.
Y eso te enriquece. Es la manera de comportarse con los que no estamos de acuerdo. Ahora, si yo no estoy de acuerdo con aquel y dejo de saludarlo, le cierro la puerta en la cara o no le dejo hablar, no le pregunto nada, es evidente que me anulo a mí mismo.
Esta es la riqueza del diálogo. Dialogando, escuchando, uno se enriquece.
La moda de hoy empuja a los jóvenes hacia las relaciones virtuales. En la villa también pasa eso. ¿Cómo se puede hacer para que salgan de su mundo de fantasía y ayudarlos a vivir la realidad y las relaciones verdaderas?
Yo distinguiría entre el mundo de la fantasía y las relaciones virtuales. A veces las relaciones virtuales no son de fantasía, son concretas, son de cosas reales y muy concretas. Pero evidentemente lo deseable es la relación no virtual, es decir la relación física, afectiva, la relación en el tiempo y en el contacto con las personas.
Y creo que el peligro que nosotros corremos ahora es el de tener una capacidad de información muy grande, de poder movernos virtualmente dentro de toda una serie de cosas que nos puede llevar a convertirnos en jóvenes museo.
Un joven-museo está muy bien informado, ¿pero qué hace con todo lo que tiene? La manera de ser fecundo en la vida no pasa por acumular información o mantener solamente comunicaciones virtuales sino por cambiar lo concreto de la existencia.
En última instancia quiere decir amar. Vos podés amar a otra persona, pero si no le estrechás la mano, no le das un abrazo, no es amor; si amás a alguien como para casarte, es decir con el deseo de entregarte completamente, y no le abrazas, no le das un beso, no es verdadero amor.
El amor virtual no existe. Existe la declaración de amor virtual, pero el verdadero amor prevee el contacto físico, concreto. Vayamos a lo esencial de la vida. Y lo esencial es eso. Entonces, no jóvenes-museo que solamente estén informados de las cosas virtualmente, sino jóvenes que sientan y que con sus propias manos –acá está lo concreto- lleven adelante su vida.
Me gusta hablar de los tres lenguajes: el lenguaje de la cabeza, el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos. Tiene que haber armonía entre los tres. De tal manera que vos pienses lo que sentís y lo que hacés, sientas lo que pensás y lo que hacés, y hagas lo que sentís y lo que pensás. Eso es lo concreto. Quedarte solamente en el plano de lo virtual es como vivir en una cabeza sin cuerpo.
¿Hay algo que quiera sugerirle a los gobernantes argentinos en un año de elecciones?
Primero, una plataforma electoral clara. Que cada uno diga: nosotros, si somos gobierno, vamos a hacer "esto". Bien concreto. La plataforma electoral es muy sana, y ayuda a la gente a ver lo que piensa cada uno. En una de las elecciones de hace muchos años, hubo una anécdota importante sobre lo que hicieron unos periodistas vivos.
Más o menos a la misma hora se encontraron con tres candidatos. No recuerdo si eran candidatos a diputados o a intendentes. Y le preguntaron a cada uno: ¿qué piensa usted sobre tal cosa? Cada uno dio su propia respuesta, y a uno de ellos un periodista le dijo: "pero lo que usted piensa no es lo mismo que lo que piensa el Partido que usted representa. Vea la plataforma electoral de su Partido…".
A veces los mismos candidatos no conocen la plataforma electoral. Un candidato tiene que presentarse a la sociedad con una plataforma electoral clara, bien estudiada, diciendo explícitamente: "Si yo salgo elegido diputado, intendente, gobernador, voy a hacer "esto", porque pienso que "esto" es lo que hay que hacer".
Segundo, honestidad en la presentación de la propia postura. Y tercero –es una de las cosas que tenemos que lograr, ojalá la podamos lograr- una campaña electoral de tipo gratuito, no financiada. Porque en las financiaciones de las campañas electorales entran muchos intereses que después "te pasan factura".
Entonces, hay que ser independientes de cualquiera que me pueda financiar una campaña electoral. Es un ideal, evidentemente, porque siempre hace falta dinero para los afiches, para la televisión.
Pero en todo caso que la financiación sea pública. De este modo yo, ciudadano, sé que financio a este candidato con esta determinada cantidad de dinero. Que sea todo transparente y limpio.
¿Cuándo viene a la Argentina?
En principio, en el '16, pero todavía no hay nada seguro porque hay que armar con otros viajes, con otros países.
Escuchamos por televisión noticias que nos duelen, que hay fanáticos que lo quieren matar. ¿No tiene miedo? Y nosotros que lo queremos, ¿qué podemos hacer?
Mirá, la vida está en manos de Dios. Yo le dije al Señor: Vos cuidame. Pero si tu voluntad es que yo me muera o que me hagan algo, te pido un solo favor: que no me duela. Porque yo soy muy cobarde para el dolor físico.
La publicación original de la entrevista se puede encontrar en este sitio web: http://www.lacarcovanews.com.ar/pdf/La_Carcova_news_02.pdf
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