REDACCION CENTRAL,
Cada 10 de marzo, la Iglesia universal recuerda a los '40 mártires', más conocidos como los mártires de Sebaste.
Hacia el año 320, el emperador romano Licino emitió un decreto en el que se ordenaba la pena de muerte para todo cristiano que no sea capaz de renegar de su fe.
Un grupo de valientes soldados de la Legión XII "Fulminata", conversos al cristianismo, hizo saber al gobernador de Sebaste (entonces capital de la provincia de "Armenia Menor", hoy Turquía) que ellos no ofrecerían incienso a ningún ídolo pagano y que se mantendrían fieles a Jesucristo, a quien reconocían como único Dios.
El gobernador, entonces, los tomó prisioneros y los encerró en un calabozo oscuro. Mientras permanecían en sus celdas, un hecho milagroso ocurrió: el lugar, habitualmente oscuro y lúgubre, se iluminó, y se escuchó una voz que los animaba a sufrir con valentía.
Esa voz era la de Nuestro Señor, que se manifestaba a fin de darles la fuerza necesaria para enfrentar la muerte.
La sentencia