VATICANO,
La Plaza de San Pedro se vio abarrotada este domingo por miles de fieles que asistieron al Ángelus del Papa Francisco en una mañana soleada en Roma.
"El látigo de Jesús con nosotros es su misericordia" porque "Jesús no da palos nunca", aseguró el Santo Padre, al referirse a la ternura de Dios y el perdón de los pecados.
Francisco comentó el Evangelio del día en el que Jesús expulsa a los mercaderes del templo. Este gesto lo denominó "profético", y recordó que muchos le preguntaron a Jesús quién era Él para hacer eso. Jesús contestó: "Destruid este templo y en tres días lo reconstruiré".
"No habían comprendido que el Señor se refería al templo vivo de su cuerpo, que sería destruido con su muerte en la cruz, pero resucitaría al tercer día", indicó.
El Papa explicó que "en efecto, este gesto de Jesús y su mensaje profético se entienden plenamente a la luz de su Pascua. Tenemos aquí, según el evangelista Juan, el primer anuncio de la muerte y resurrección de Cristo: su cuerpo, destruido en la cruz por la violencia del pecado, se transformará en la resurrección en el lugar del encuentro universal entre Dios y los hombres".
En este sentido, comentó que "el lugar del encuentro universal es Cristo Resucitado -¡por todos!- entre Dios y los hombres".