VATICANO,
Se cumplen 50 años de la celebración de la primera Misa en italiano según la renovación de las normas litúrgicas del Concilio Vaticano II. El Papa Francisco quiso recordar esta fecha con una misa en la Parroquia de Ognissanti, en Roma, el sábado por la tarde, en el mismo templo en el que tuvo lugar esa primera Eucaristía que celebró Pablo VI el 7 de marzo de 1965.
Para explicar mejor por qué se dejó el latín en la liturgia, Francisco aludió al episodio del Evangelio en el que Jesús se enfrenta a los mercaderes del templo en Jerusalén, donde dijo "¡No hagáis de la casa de mi Padre un mercado!".
"Esta expresión no se refiere solamente al mercadeo que se practicaba en el patio del templo. Se refiere también a un cierto tipo de religiosidad. El gesto de Jesús es un gesto de 'limpieza', de purificación, y la actitud que Él desautoriza se puede obtener de los textos proféticos, según los cuales a Dios no le gusta un culto exterior hecho de sacrificios materiales y basados en los propios intereses. Es el reclamo al culto auténtico, a la correspondencia entre liturgia y vida; un reclamo que vale para cada época y también hoy para nosotros".
El Pontífice explicó que "la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium define la liturgia como 'la primera e indispensable fuente a la que los fieles pueden dibujar el verdadero espíritu santo'. Esto significa reafirmar el lazo esencial que une la vida de discípulo de Jesús y el culto litúrgico".