BAGDAD,
Los cristianos en Irak sufren actualmente una persecución muy intensa por parte de los terroristas musulmanes que no cesan en el exterminio de esta población en Medio Oriente. En medio de las graves dificultades que afrontan, surgen diversos signos de esperanza como el de la hermana Mariam, una religiosa católica que antes de serlo era yazidí.
El sitio web Amigos de Irak cuenta la historia de la hermana que es originaria del norte del país. Hace poco contó su historia de conversión y explicó, por ejemplo, que los yazidíes no "adoran al diablo" como la gente cree sino que le temen y por eso le dedican ciertos tributos.
"El problema mayor es que su relación con Dios es también de miedo. Dios es el que castiga y en esto cifran mucho de su religión. Y no es que castiga como Padre, que lo hace con misericordia y por nuestro bien. Es por esto, que siendo adolescente y preguntando a unas amigas cristianas quién era Jesús, ante su respuesta de que era Dios, ella dijo: 'entonces no lo quiero'".
El padre de Mariam falleció cuando ella era pequeña y a los pocos años murió también su mamá, quedando adolescente huérfana y bajo el cuidado de sus hermanos. Por sus amigas cristianas y el consejo de sus padres que le decían que eran una buena influencia, fue conociendo más de Nuestro Señor y comenzó a plantearse el hacerse cristiana.
Cuando cumplió 19 años tuvo una fuerte presión en casa para casarse porque entre los yazidíes esa edad es el límite para contraer matrimonio. Así decidió mudarse a Bagdad donde fue recibida por una familia cristiana. Tres años después fue bautizada.
Recibió clases de teología con los padres dominicos y a la edad de 24 años ingresó a la edad de 24 años entró en las hermanas caldeas (católicas de rito oriental) Hijas del Sagrado Corazón.