ROMA,
Ayúdennos a sostener a este pueblo que le tocó vivir esta tragedia, ha expresado desde Siria el P. David Fernández, sacerdote argentino que se encuentra en Alepo y que conoce de cerca el drama que viven día a día los cristianos, primero a raíz de la guerra civil que está a punto de cumplir cinco años, y ahora debido a la persecución del Estado Islámico (ISIS), que en la última semana ha secuestrado cerca de 300 personas en el noreste del país.
"A pesar de la entereza de la gente, el cansancio que experimentan por estos cuatro años de presión por los continuos enfrentamientos es grande, su vida normal se reduce a salir de casa solo para las cosas más necesarias, con la posibilidad diaria de tal vez no regresar. Para muchos el único lugar seguro para reunirse en familia y compartir con otros es la iglesia", señaló a ACI Prensa el sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado (IVE).
"Ayúdennos en primer lugar con la oración, pidiendo continuamente a Dios el don de la Paz y la fortaleza en la fe de este pueblo. Y también la ayuda material en lo que cada uno en conciencia pueda, especialmente si se concreta en dinero, ya que en general los víveres u otros enseres son difícil de introducir al país", añadió.
En comunicación con ACI Prensa este sábado, explicó que Alepo está a unos 350 kilómetros al oeste de Hassakeh, zona cercana a Turquía donde los yihadistas irrumpen desde la semana pasada en varios pueblos cristianos asirios. "Tomaron rehenes familias completas cristianas", separando "a los hombres de las mujeres con los niños". "También profanaron templos, sabemos también que hasta ahora murieron 15 cristianos en el intento de defender sus aldeas y familias, que una mujer fue decapitada y dos hombres fusilados", señaló.
El sacerdote alertó que el pueblo de Tel Shamiran está "rodeado por el ISIS y donde se encuentran 51 familias cristianas. Sabemos que el ejército kurdo estuvo resistiendo los ataques por toda la noche, pero se teme que las familias hayan sido capturadas. Los cristianos en la localidad de Hassakeh son minoría un 30 por ciento, y si bien hay también chiitas, la localidad es de mayoría sunita. De todos modos más allá de la distinción de religiones la convivencia entre ellos en general siempre fue buena".