ROMA,
Desde su irrupción violenta en Mosul (Irak) a mediados de 2014 y el éxodo de decenas de miles de cristianos y yazadíes, la comunidad internacional ha sido testigo de los crímenes del Estado Islámico (ISIS), que sigue expandiendo su califato en Medio Oriente y el norte de África, ante la pasividad del Consejo de Seguridad de la ONU que no se decide a enviar una fuerza internacional para hacerle frente.
Esta "actitud de la ONU y de toda la comunidad internacional frente los asesinatos y crímenes de ISIS es pésima y muy extraña, como que los cristianos de Oriente no les importa para nada", declaró a ACI Prensa el católico caldeo Raad Salam Naaman, catedrático universitario y doctor en Filología Árabe y Estudios Islámicos.
Raad Salam, quien nació cerca de Mosul y es refugiado político en España desde 1991, pidió no llamar "Estado" a "esta banda de asesinos y ladrones". El ISIS, afirmó, es "fruto de la llamada 'Primavera Árabe', una de las tantas equivocaciones de Occidente, que apoyó estas revueltas y protestas realizadas por los radicales islámicos vinculados a los Hermanos Musulmanes para acabar con los gobiernos de los dictadores laicos árabes".
Como se recuerda, en 2010 ocurrieron alzamientos populares que derrocaron a los dictadores de Túnez (Ben Ali), Egipto (Hosni Mubarak), Libia (Muamar Gadafi) y de Yemen (Ali Abdullah Saleh), pero sin lograr derrotar a Bashar Al-Assad en Siria.
Sin embargo, esto desencadenó la guerra civil que ya tiene cinco años en Siria; el actual conflicto en Libia, donde hay dos gobiernos –uno reconocido internacionalmente y otro yihadista asentado en la capital Trípoli-; inestabilidad política en Yemen con una fuerte presencia de la milicia chiita de los hutíes; y la constante amenaza de los Hermanos Musulmanes de retomar el poder en Egipto para imponer la ley islámica.