ROMA,
Al culminar la audiencia general del pasado 18 de febrero en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco volvió a demostrar su cercanía y afecto por los enfermos, emocionando de manera especial a Mario Messina, un invidente que llegó a Roma junto a su perro guía.
Al saludar a los peregrinos que llegaron a San Pedro para participar en la Audiencia General, el Papa bendijo al invidente y a Domi, su perro fiel que siempre le acompaña. "Le he pedido que rece por mí y por mis seres queridos. Y él me ha pedido que rece por él de manera muy amigable", explicó Messina en declaraciones a ACI Prensa/EWTN Noticias.
"Además se ha interesado por mi perro, por cómo me guía. Parecía que hablaba con un amigo, muy disponible y gentil, me ha cuidado", añadió Messina.
Este italiano de Palermo fue a ver al Papa junto a miles de fieles en la Plaza de San Pedro, donde el Pontífice argentino invitó a "volver a llevar la fraternidad al centro de nuestra sociedad".
Durante su habitual recorrido en papamóvil por la Plaza, el Papa Francisco también se detuvo en numerosas ocasiones para bendecir a los neonatos, e intercambiar sonrisas y bendiciones con los fieles.
Para sorpresa de muchos, a mitad del recorrido el Santo Padre ordenó detener el automóvil e invitó a un niño y una niña de 10 años a subir al vehículo, con quienes continuó su recorrido de bendiciones y saludos entre los fieles.