PARIS,
La profanación de cuatro cementerios cristianos ha levantado la indignación en Francia, país que en los últimos días se ha convertido en escenario de ataques antirreligiosos, tal como ha sido el ataque a un camposanto judío y los robos sacrílegos en la región de Belley-Ars, que han obligado al obispo local, Mons. Pascal Roland, a ordenar recientemente el retiro del Santísimo de todas las capillas e iglesias hasta nuevo aviso.
El ataque a los cementerios cristianos fue condenado por el ministro de Interior de Francia, Bernard Cazeneuve. "El Gobierno se opone con total firmeza a estos actos abyectos que atentan contra los valores de la República, especialmente contra el principio fundamental del respeto, que es uno de sus pilares", indicó ayer en un comunicado.
Los cementerios profanados se encuentran en Tracy-sur-Mer (norte del país), Saint-Béat (sur), Challans (oeste) e Issoudun (centro), donde se inscribieron cruces gamadas en las lápidas.
En ese sentido, el ministro aseguró que se iban a movilizar todos los medios "para identificar, detener y juzgar a los autores".
Cazeneuve señaló en concreto que un equipo de técnicos de la Gendarmería de Calvados ha procedido ya a tomar pruebas para tratar de esclarecer la autoría del acto vandálico de anoche en Tracy-sur-Mer.