VATICANO,
Elegir entre Dios o entre las circunstancias que precisamente nos alejan de Él. Es el discernimiento que debe hacer todo cristiano. Una cuestión que ha planteado el Papa Francisco en la Misa matutina en la Casa Santa Marta en el segundo día de Cuaresma.
El Santo Padre insistió en que cada uno se pregunte cual es "la velocidad de mi vida", si "reflexiono sobre las cosas que hago". También pidió tener la valentía necesaria de elegir al Señor en cada ocasión". Ayudará el "consejo tan bonito" del salmo 1: 'Bendito el hombre que confía en el Señor'".
"Cuando el Señor nos da este consejo -'¡Detente!, elige hoy, elige'- no nos deja solos. Está con nosotros y quiere ayudarnos. Solamente nosotros tenemos que confiar, tener confianza en Él. 'Dichoso el hombre que confía en el Señor'".
"Un camino equivocado es el de buscar siempre el propio éxito, los propios bienes, sin pensar en el Señor, sin pensar en la familia. Estas dos preguntas: ¿Cómo es mi relación con Dios?, ¿cómo es mi relación con la familia? Y uno pude ganar todo, pero al final se convierte en un fracaso. Ha fracasado. Esa vida es un fracaso. 'Pero no, le han hecho un monumento, le han dibujado en un cuadro...', pero se ha equivocado: no ha sabido elegir bien entre la vida y la muerte".
A esto, el Papa añadió que "hoy, desde el momento en el que nos detenemos para pensar en estas cosas y tomar decisiones, elegir algo, sabemos que el Señor está con nosotros, está a nuestro lado, para ayudarnos. Nunca nos deja ir solos, nunca. Está siempre con nosotros. También en el momento de la elección está con nosotros".
Como comentario de la primera lectura del día, en la que Dios pide a Moisés obedecerle y seguir el camino correcto, el Pontífice indicó que la elección de Moisés es la que todo cristiano debe hacer cada día. Una elección difícil. "Es más fácil vivir dejándose llevar por la inercia de la vida, de las situaciones, de las costumbres".