VATICANO,
Con "nuestro mal", Dios "no viene a darnos una lección sobre el dolor; no viene tampoco a eliminar del mundo el sufrimiento y la muerte; viene más bien a tomar sobre sí el peso de nuestra condición humana, a llevarla hasta el fondo, para librarnos de modo radical y definitivo", dijo el Papa Francisco este domingo, en sus palabras previas al rezo del Ángelus.
"Así Cristo combate los males y los sufrimientos del mundo: convirtiéndola en su carga y venciéndolas con las fuerza de la misericordia de Dios".
Refiriéndose al Evangelio de este domingo en el que San Marcos relata el episodio en el que Jesús cura al leproso, el Pontífice comentó que "nos cuenta la acción de Jesús contra toda especie de mal, en beneficio de los que sufren en el cuerpo y en el espíritu: endemoniados, enfermos, pecadores".
Este pasaje de la curación del leproso "nos dice que podemos ser verdaderos discípulos de Jesús, que estamos llamados a convertirnos, unidos a Él, instrumentos de su amor misericordioso, superando todo tipo de marginación".
El Papa dijo que para ser "imitadores de Cristo frente a un pobre o enfermo no debemos tener miedo de mirarlo a los ojos y de acercarnos con ternura y compasión".
"He pedido a menudo, a las personas que ayudan a los otros, hacerlo mirándoles a los ojos, no tener miedo de tocarlos; que el gesto de ayuda sea también un gesto de comunicación: también nosotros tenemos necesidad de ser acogidos por ellos. Un gesto de ternura, un gesto de compasión".