Cada 9 de febrero, se celebra la fiesta de Santa Apolonia, patrona de los cirujanos dentistas; a quien, desde la Edad Media, se recurre para pedir su intercesión ante las dolencias dentales. Santa Apolonia, mártir de la Iglesia, nació en Alejandría, Egipto, en el siglo III y es considerada.
La vida es siempre un don
De acuerdo a la tradición, los padres de Apolonia no podían tener hijos. Como eran paganos, invocaron a numerosos dioses con el propósito de ganar su favor y tener descendencia. Sin embargo, los años pasaban y ellos seguían sin concebir.
Cuando ya habían perdido la esperanza de ser padres, la madre de Apolonia oyó hablar de la Virgen María a un grupo de cristianos. La mujer, entonces, en su desesperación, pidió a quien a esa que llamaban ‘Madre de Dios’ que le concediera el don de concebir un hijo.
Grande fue la alegría de la mujer cuando se dio cuenta de que estaba embarazada. Pasado el periodo de gestación nacería una niña muy hermosa a quien llamaron Apolonia. El inesperado acontecimiento motivó a los padres de la santa a acercarse a la Iglesia.
Unos años más tarde, siendo Apolonia todavía una niña, su madre le contó la historia de cómo fue posible que ella naciera. Con esto, Apolonia quiso también abrazar la fe en Cristo.