LIMA,
Una segunda edición aumentada del libro "Dios no castiga" del director de ACI Prensa está disponible a partir de ahora en Amazon en su popular formato para Kindle.
El libro electrónico "Dios no castiga" fue una explicación de Alejandro Bermúdez a la argumentación no sólo de que "Dios castiga", sino de que señalar lo contrario –como lo hace el autor- es supuestamente "herético" o "cercano a la herejía".
La nueva edición, donde Bermúdez fundamentalmente renueva y refuerza sus argumentos, fue motivada entre otras razones por una importante polémica producida en el mundo religioso norteamericano entre el ex teólogo y biblista protestante Bart D. Ehrman, convertido actualmente en uno de los más elocuentes agnósticos anti cristianos, y el intelectual y polemista católico Dinesh D'Souza.
En el debate, lamentablemente disponible solamente en inglés, Ehrman, un colosal conocedor de la Biblia, evidencia las enormes contradicciones existentes en el Antiguo Testamento respecto del papel de Dios en los males sufridos por los hombres, y concluye por tanto que la existencia del mal y la de Dios son conceptos incompatibles. D'Souza, con gran claridad, explica que esa visión sería cierta si asumiéramos que Dios es, en efecto, el responsable directo de los males que recaen sobre los hombres, especialmente los inocentes. En otras palabras, si Dios castiga, Ehrman tiene razón.
En la nueva y ampliada introducción, el autor señala que "en el plano estrictamente teológico, he insistido en que no soy teólogo. Pero excepcionales teólogos que he traducido para su lectura, exponen claramente el argumento de que Dios no castiga. ¿Por qué los 'castigadores' no sólo no se dignan responder a los argumentos de estos colosos teológicos, sino que ni siquiera los mencionan en sus 'réplicas'? En otras palabras, el debate no es conmigo, es con ellos. Y nunca se han atrevido a responderles".
"Si los 'castigadores' –agrega la nueva introducción de "Dios no Castiga" están tan convencidos de estar en la razón, en vez de lanzar risibles –e inútiles, aunque entretenidas- campañas para que me defenestren de mi trabajo apologético o me censuren en mi diócesis, ¡Respondan a los teólogos que he traducido!"