VATICANO,
Obediencia y docilidad al Señor, al fundador, y a la Iglesia, además de "abajarse" y cultivar la humildad, son las peticiones que el Papa Francisco realizó hoy en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, con ocasión de la Jornada para la Vida Consagrada.
En la Misa participaron miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.
El Santo Padre subrayó que "esta obediencia y docilidad no son una cosa teórica, también ellas están bajo el régimen de la encarnación del Verbo: docilidad y obediencia a un fundador, docilidad y obediencia a una regla concreta, docilidad y obediencia a un superior, docilidad y obediencia a la Iglesia".
De esta manera, "a través del camino perseverante en la obediencia, madura la sabiduría personal y comunitaria, y así se hace posible también adaptar las reglas a los tiempos: la verdadera 'actualización', en efecto es obra de la sabiduría, forjada en la docilidad y la obediencia".
"Para un religioso -agregó- el progreso es abajarse en el servicio" además de "abajarse haciéndose siervo para servir".
Francisco señaló que "ésta vía toma la forma de la regla, impresa por el carisma del fundador".