VATICANO,
"No es fácil" hacer la voluntad de Dios, expresó el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, sin embargo, recordó que este es el camino para lograr la santidad y por ello alentó a los fieles a no tener miedo y rezar para que el Padre les dé la gracia de conocer y hacer su voluntad.
El Santo Padre recordó en su homilía que existía un tiempo en que la ley estaba hecha de prescripciones y prohibiciones, de sangre de toros y chivos, "sacrificios antiguos" que no tenían ni la "fuerza" de "perdonar los pecados", ni de hacer "justicia".
Después vino Cristo al mundo y con su crucifixión demostró cuál era el "sacrificio" más agradable a Dios: no el holocausto de un animal, sino el ofrecimiento de la propia voluntad para hacer la voluntad del Padre.
Éste "es el camino de la santidad, del cristiano", es decir, que "el plan de Dios sea realizado", que "la salvación de Dios se cumpla", afirmó.
El Papa recordó que lo contrario sucedió en el Paraíso, con la no obediencia de Adán que trajo el mal a toda la humanidad. Los pecados son actos de no obedecer a Dios, de no hacer la voluntad de Dios, indicó Francisco.
En cambio, reiteró, el Señor nos enseña que el camino es la obediencia a la voluntad del Padre, tal como comenzó con el mismo Jesús, sí, en el Cielo, en la voluntad de obedecer al Padre, pero en la tierra comienza con la Virgen: con Ella.