VATICANO,
Durante la Misa matutina en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco abordó la importancia de custodiar el depósito de la fe, un don –afirmó-, regalado por el Espíritu Santo y transmitido principalmente por las mujeres, como las mamás y las abuelas.
En su homilía, el Papa reflexionó sobre la segunda Carta de San Pablo a Timoteo, en la que recuerda al discípulo de dónde proviene su "fe pura". La ha recibido del Espíritu Santo "a través de la mamá y de la abuela".
Francisco afirmó que "son las mamás, las abuelas quienes transmiten la fe", pero aclaró que "una cosa es transmitir la fe y otra es enseñar las cosas de la fe".
"La fe es un don. La fe no se puede estudiar. Se estudian las cosas de la fe, sí, para comprenderla mejor, pero con el estudio jamás tú llegas a la fe. La fe es un don del Espíritu Santo, es un regalo, que va más allá de toda preparación", explicó.
Y es un regalo que pasa a través del "hermoso trabajo de las mamás y de las abuelas, el hermoso trabajo de aquellas mujeres" en una familia, "puede ser también una empleada doméstica, puede ser una tía", quienes transmiten la fe.
"Me viene a la mente: ¿pero por qué son principalmente las mujeres las que transmiten la fe? Sencillamente porque aquella que nos ha dado a Jesús es una mujer. Es el camino elegido por Jesús. Él ha querido tener una madre: el don de la fe pasa por las mujeres, como Jesús por María", señaló. En ese sentido, dijo que "debemos pensar hoy si las mujeres… tienen esta conciencia del deber, de transmitir la fe".