VATICANO,
"No hay unidad sin conversión ni unidad sin santidad en la vida", aseguró el Papa Francisco hoy en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, al recibir a los participantes de un congreso ecuménico de religiosos y religiosas.
El congreso ecuménico es promovido por la Congregación por los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica con motivo del Año de la Vida Consagrada.
El Papa aprovechó para recordar que estos días se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y explicó que "la voluntad de restablecer la unidad de todos los cristianos está presente naturalmente en todas las Iglesias y atañe tanto al clero como a los laicos".
Pero la vida religiosa "tiene sin duda una vocación particular en la promoción de esta unidad" y "no es una coincidencia que muchos pioneros del ecumenismo hayan sido hombres y mujeres consagrados".
"A la vida religiosa pertenece la búsqueda de la unión con Dios y de la unidad dentro de la comunidad fraterna, realizando así de manera ejemplar la oración del Señor 'para que todos sean uno'".
El Papa parafraseó a San Agustín con la afirmación de que "el motivo esencial por el que se han reunido juntos es que vivan unánimes en la casa y habiten una sola alma y un solo corazón hacia Dios".