ROMA,
El Arzobispo de Niamey (Níger), Mons. Michel Cartatéguy, ha convocado a todos los sacerdotes y responsables de las comunidades católicas del país para orar en silencio y meditar sobre el amor hacia los enemigos, en especial aquellos que en días pasados atacaron e incendiaron las iglesias en este país africano.
"Quizá estemos a punto de experimentar la agonía de Jesús en nuestra carne, y yo estoy feliz por ello", aseguró Mons. Cartatéguy en declaraciones a Radio Vaticana el 20 de enero.
El Prelado teme por la seguridad la catedral de Niamey, después de que diez personas fueran asesinadas y 12 iglesias fueron quemadas en el país. "La catedral es un símbolo, por eso la quieren destruir", denunció.
Este templo, dedicado a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, fue atacado desde cuatro puntos distintos, y solo las fuerzas de seguridad consiguieron frenar el asedio. El Arzobispo se entrevistará con las autoridades del país para buscar vías que protejan la catedral y a los cristianos.
Los asaltos contra los cristianos tienen lugar en medio a las protestas musulmanas contra las nuevas caricaturas de Mahoma que la revista francesa, Charlie Hebdo, publicó después del atentado de París del pasado 7 de enero.
El Prelado señala que en la ciudad de Zinder se habrían visto ondear banderas del grupo terrorista islámico Boko Haram, quienes operan en el país vecino, Nigeria.