MANILA,
El Papa Francisco tuvo este domingo un encuentro con unos 70.000 jóvenes en la Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás en Manila (Filipinas), a quienes exhortó a no ser jóvenes de museo, que solo acumulan información, sino ser sabios y aprender a llorar, a conmoverse con el sufrimiento ajeno, aprender a amar, dejarse amar y evangelizar por los pobres, los enfermos y huérfanos, quienes "tienen mucho que enseñarnos".
"La realidad es superior a la idea. Y la realidad de todos ustedes es superior a todas las ideas que yo había preparado", expresó el Santo Padre, quien dejó de lado el discurso que había preparado para poder responder a las preguntas de tres jóvenes filipinos y para rezar un momento por Kristel, la joven voluntaria que murió el día anterior al caerle encima una de los andamios armados para la Misa de ayer.
La primera pregunta fue hecha por Jun Chura, un adolescente de 14 años que había sido un niño de la calle. El menor preguntó al Papa por qué Dios permitía que los niños fueran víctimas de cosas terribles como la prostitución o las drogas, si ellos no tenían culpa, y por qué hay poca gente ayudándolos.
Luego, Leandro Santos II, estudiante de derecho, preguntó cómo se podía escuchar la voluntad de Dios y encontrar el amor verdadero en este mundo moderno, lleno de nuevas tecnologías.
Finalmente, Rikki Macolor, graduado de ingeniería de 29 años, preguntó a Francisco cómo pueden los jóvenes ser verdaderos agentes de misericordia y compasión.