MADRID,
Marlon Eduardo González es un joven de 21 años de Nicaragua. Cuando tenía 12 fue abandonado por sus padres y estuvo viviendo con su abuela hasta que una semana después de reencontrarse con su madre ella murió. Ante una soledad devastadora Marlon encontró la Casa Hogar Nuestros Pequeños Hermanos en donde fue acogido y vive desde entonces.
"Encontré el lugar que considero mi familia, desde que entré allí me he preparado para la vida", ha afirmado Marlon quien ha asegurado también: "Yo soy el fruto del trabajo de los misioneros".
"Desde fuera se puede ver como una ONG o una institución pero para mí es la familia que siempre quise tener" y según ha explicado "nuestro hogar se mantiene en los pilares del estudio, el trabajo, el respeto y el amor a Dios".
El lema de la Jornada de la Infancia Misionera que se celebrará el próximo 25 de enero es 'Yo soy uno de ellos', que según ha explicado el P. Anastasio Gil, director de Obras Misionales Pontificias España pretende evitar "el peligro de dividir el mundo entre los que ayudan y los que son ayudados", "la convivencia fraterna es siempre garantía de alegría".
Por eso Marlon, tomando el lema de la jornada, ha asegurado: "'Yo soy uno de ellos' porque he crecido con la ayuda de muchas personas que han tocado su corazón y que me han hecho llegar al propósito que tengo que lograr".
El sacerdote misionero comboniano español Alberto Cisneros actualmente trabaja en la Casa Hogar Nuestros Pequeños Hermanos en Nicaragua en la que vive también Marlon junto con otros 300 niños y ha explicado el trabajo que se realiza con la ayuda de OMP.