MANILA,
El Papa Francisco dirigió este viernes un discurso ante el cuerpo diplomático, el presidente Benigno Aquino y demás autoridades filipinas, en el que destacó la solidaridad con las víctimas del tifón Haiyan (Yolanda), y donde exhortó por la promoción de las familias y los pobres, la defensa de los no nacidos, así como el combate contra la corrupción.
En su discurso dado en el Palacio Presidencial, el Santo Padre destacó el carácter pastoral de su visita en la cual quiere expresar su cercanía a los sobrevivientes del tifón Haiyán y que tiene lugar cuando la Iglesia local se prepara para celebrar los 500 años de evangelización de Filipinas, el único país de mayoría católica en el sudeste asiático.
"Al igual que tantas personas en todo el mundo, he admirado la fuerza heroica, la fe y la resistencia demostrada por muchos filipinos frente a éste y otros desastres naturales. Esas virtudes, enraizadas en la esperanza y la solidaridad inculcadas por la fe cristiana, dieron lugar a una manifestación de bondad y generosidad, sobre todo por parte de muchos jóvenes", afirmó.
Asimismo, dijo que uno de los retos de Filipinas "es construir sobre bases sólidas una sociedad moderna", respetuosa de los auténticos valores humanos y "que tutele nuestra dignidad y los derechos humanos dados por Dios, y lista para enfrentar las nuevas y complejas cuestiones políticas y éticas".
"Como muchas voces en su país han señalado, es más necesario ahora que nunca que los líderes políticos se distingan por su honestidad, integridad y compromiso con el bien común (…). Y así serán capaces de gestionar los recursos morales necesarios para hacer frente a las exigencias del presente, y transmitir a las generaciones venideras una sociedad de auténtica justicia, solidaridad y paz", indicó.
Francisco señaló que para lograr estos objetivos "es esencial el imperativo moral de garantizar la justicia social y el respeto por la dignidad humana". Recordó el deber de escuchar a los pobres y terminar con las "escandalosas desigualdades sociales".