AUGSBURGO,
El Penitenciario Mayor de la Santa Iglesia Romana, explicó los criterios fundamentales que debe tener en cuenta todo sacerdote confesor para realizar esta importante tarea alentada frecuentemente por el Papa Francisco.
Este jueves 15 de enero el Purpurado tuvo a su cargo una lectio magistral titulada "Misericordia y verdad se encontrarán: El Sacramento de la Reconciliación" en el Congreso para Confesores que se realiza en la Arquidiócesis de Augsburgo en Alemania.
Misericordia
A partir de la pregunta de San Agustín "¿Qué cosa necesita el alma humana?", el Purpurado enmarcó su reflexión en medio de un tiempo que calificó como "particularmente expuesto a una desacralización radical" y en donde las personas necesitan tener presente la auténtica identidad divina: "Dios es Misericordia y Dios es Verdad".
"Solo la misericordia y la verdad le bastan al corazón del hombre, sabiendo que ambas son los nombres del amor, de aquel único Amor que se ha manifestado y que se ha hecho carne y se ha ofrecido a Sí mismo por nosotros".
El Cardenal precisó luego que el corazón humano "está hecho para ser objeto de la misericordia, es decir, para no ser prisionero de los propios límites y del propio mal, sino para ser efectivamente objeto de la misericordia, para ejercitar una tremenda soberanía sobre uno mismo y sobre las propias pasiones, capaz del auténtico perdón".