COLOMBO,
El Papa Francisco canonizó a San José Vaz, primer santo de la isla asiática de Sri Lanka, a quien puso como ejemplo de sacerdote que supo sufrir la persecución a causa del Evangelio y que mostró un especial celo misionero sin jamás discriminar a nadie por ninguna razón.
El Santo Padre explicó en su homilía que el primer santo de Sri Lanka es también un ejemplo de ardor por el Señor, que llegó a las periferias de los hombres, para anunciar su Evangelio con fidelidad y rechazando siempre el egoísmo y las comodidades para cumplir la misión encomendada.
A continuación la homilía completa de la Misa de canonización de San José Vaz:
«Verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios» (Is 52,10).
Ésta es la extraordinaria profecía que hemos escuchado en la primera lectura de hoy. Isaías anuncia la predicación del Evangelio de Jesucristo a todos los confines de la tierra. Esta profecía tiene un significado especial para nosotros al celebrar la canonización de un gran misionero del Evangelio, San José Vaz.
Al igual que muchos misioneros en la historia de la Iglesia, él respondió al mandato del Señor resucitado de hacer discípulos de todas las naciones (cf. Mc 16,15). Con sus palabras, pero más aún, con el ejemplo de su vida, ha llevado al pueblo de este país a la fe que nos hace partícipes de «la herencia de los santos» (Hch 20,32).