VATICANO,
Después de celebrar la Misa de la Epifanía del Señor en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco rezó el ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólicos antes miles de personas, algunas de ellas llegadas desde Alemania, Irlanda o Estados Unidos de América.
Antes de rezar, el Pontífice explicó que en este día "hacemos memoria de la llegada de los Reyes, llegados de Oriente, para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador universal y ofrecerle regalos simbólicos".
"La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios: Es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera. Es la palabra de Dios que renueva continuamente nuestros corazones y nuestras comunidades", afirmó.
Para el Papa es importante "no olvidar leerla y meditarla todos los días, para que sea para cada uno como una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros pasos, e incluso para aquellos que caminan a nuestro lado, y que tal vez luchan por encontrar el camino a Cristo".
Francisco remarcó que el viaje que realizan los Reyes Magos es "un viaje del alma, como un camino hacia el encuentro con Cristo". Y "ellos están atentos a los signos que les indican la presencia; están cansados por afrontar las dificultades de la búsqueda; son valientes en las consecuencias de la vida derivadas del encuentro con el Señor".
De hecho, "la experiencia de los Magos evoca el camino de todos los hombres hacia Cristo". "Como para los Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar, mirando el cielo y viendo en él el signo visible de la estrella del Dios invisible que habla a nuestro corazón".